sábado, 15 de agosto de 2009

"CHATEAR" POR LOS CODOS (está de moda)

"Charlar por los codos" significa "hablar mucho". Una de las aplicaciones más populares de Internet son las salas de charlas o chatrooms donde los internautas pueden escribirse en tiempo real (chatear) con usuarios de todo el mundo.
Chat es la abreviatura de chatter, el verbo en inglés que significa (según el Collins English Dictionary) "hablar de temas sin importancia, rápida o incesantemente". En español se puede traducir como charlar, que según la Academia es "conversar, platicar sin objeto determinado y solo por mero pasatiempo".
En Hispanoamérica se utiliza mucho plática cuando se quiere huir del anglicismo: plática y platicar son en muchos países las formas más extendidas en registro familiar para "conversar", de forma que equivaldrían al peninsular charlar.
No es lo mismo chatear que webear: el primer anuncia un diálogo entre "spanglishparlantes" de carne y hueso, entre personas "en hardcopy"; el segundo se refiere al surfeo o el ejercicio de navegar la Web, cuyas variantes a veces implican el chateo entre dos o más webearios pero que por lo general implica mucho más: shopear, wachear una subasta o un partido de ajedrez, o simplemente browsear sin objetivo alguno.
Mucho se ha escrito acerca del spanglish, y más específicamente, acerca del cyberspanglish o spanglish cibernético. Esta variante es de enorme cadencia, debido a la propagación de la Web como órgano informativo y de comunicación. Para no ir más lejos, el mentado e-mail, cuyas variantes léxicas - mailito, manuelito, emanuel, Martí, ema, webazo - no dejan de acumularse.
Algunas palabras para que conozcas más de este "mundo virtual":
  • WEBÓN: persona adulta que usa la Web;
  • WEBONZAO: holgazán, persona que pasa la mayoría del día en la Web;
  • WEBITO: niño astuto que a temprana edad utiliza la Web;
  • WEBONAUTA: el que dice que navega por el ciberespacio (sinónimo: cibernauta);
  • WEBÓN HOGAREÑO: aquel que a cada rato regresa a su home page.
Hay mucho humor en todas ellas, pero catalogarlas como un chiste es menospreciar su valor.